Por vuestra gracia infatigable,
los bocados no faltan.
Las ratas gordas
y las aves ya sin alas.
Vuestro estómagos se tuercen
y el servicio esta dispuesto.
La greda de vuestras entrañas,
llenas de ratas y lacras.
Esa misma greda es la forjadora,
del arrebato y la miseria.
Los huesos están sabrosos,
la falta de carne le da sabor.
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