No se cuanto tiempo ha pasado desde que deje el mundo material, mi instinto ya no sirven, es como si estuviese en una habitación sin fin, sin paredes, en la nada misma.
Por alguna extraña razón aun soy cociente de mi existencia, aunque no se si otros lo están de la mía, no lo puedo saber, pues mi vista perdí al nacer, y al poco tiempo mi lengua fue arrebatada por palomas blancas. En mi adolescencia queme mis membranas, mis huellas y mi piel .
Durante mi corta residencia en algún lugar que no recuerdo su nombre, perdí mis dos oídos por los gritos ensordecedores de la verdad.
Algún gato negro debe haber en todo esta oscuridad, el interruptor que tanto me empeño en buscar de nada servirá. Algo se mueve de acá para allá, no tengo certeza, tal vez soy el que se mueve, no lo se.
Mis labios se mueven, no se que es lo que dicen, mis manos tocan algo pero no se que es. Algo parece susurrar en mis oídos, pero solo siento la brisa otoñal en mis túneles abandonados.
Mi estomago se revuelve, de mi boca salen todos mis horrores, bestias, leviatanes y dragones. Los titanes se abalanzan en la niebla y pandara al parecer grita ayuda. Pero en realidad ¿Como lo puedo saber?
Aunque muchos creen existir, no están seguros de si, solo siguen un juego banal que termina siempre igual, al fin y al cabo quien los recordara, el árbol que cae en el bosque nunca existió. Sus hojas secas cruzaron la calle solo para saltar al vacío.
¿Como se que existo?¿Como se que soy real?pues la respuesta es fácil, nunca existí.
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