En el desierto se abre el abismo
decae la lluvia de ultratumba.
Gritos inciertos de la proximidad,
del delirio, del final.
Salvos no existen, todos son igual,
juzgados todos por el cegado martillo.
Estrellas caen, se revelan los fuegos,
todo queda oculto en el tranquilo mar.
Que los actos ni los verbos te engañen,
bazofias todos son.
Telas divididas vomitando su profanación,
buscando nuevos títeres, dispuestos a todo.
Pobre idiotas que no son cocientes de si,
utilizando fantasías para alejarse de la verdad.
Las piezas en el tablero dispuestos están, no hay piezas blancas ni negras, pues todas manchadas están.
Pilares se levantan por montón, crecen frutos que son sacados inmaduros.
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