martes, 23 de mayo de 2017

Venus

En una tara de cardúmenes rumbo a cualquier lugar,
el ganado parece cansado de tanto ajetreo,
sus cuencas vacías pertrechan mi aura.
Una venus de entre filas inertes, escondida entre telas muertas,
telas de pétalos naranja que anuncian el llanto.
Sus colinas peligrosas arriesgaría escalar
solo para probar un poco del brebaje inicial,
sobre sus rojas olas nadar todo el día hasta agotar.
En su máscara pintar una luna blanca
para que aparezcan sus perlas coquetas.
El jardín completo profanar y en ambas oquedades entrar.
Ambos bosques unir en una danza infinita,
perdernos en el trote del camino.
El cántico de la desvirtud y el pecado 
de sus cuerdas quiero ver,
escuchar el temblor de su mundo.
Sentir los espasmos de nuestras pieles
desencadenando la agonía y el placer.
Placer de conocer a la pequeña muerte en un santiamén,
probando la satisfacción de saber
que podemos volver del limbo una y otra vez.
Mas su figura de ensueño se empieza a ver difusa,
distante, ajena y cada vez más lejana.
Entre la banalidad me hace arder,
sin embargo este fuego no podre sin ella acá,
ni revivir,pues el cruel cupido se lleva las cenizas.
Quizás en otro tiempo, en otra vida,
otra venus aparecerá, inalcanzable y lejana
para los melancólicos mortales.

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