La humanidad nos consume.
Las vejaciones y lo vulgar,
lo moralmente correcto.
Engañados por los sentidos,
por el veneno de las vendas.
Marionetas de cartón,
desechables.
La inseguridad te lleva al patrón,
una imagen repetida mil veces,
una hipocresía convertida en virtud.
Cayendo como costal de carnes,
cediendo los miembros.
Un intercambio abrupto,
una vida sin magia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario