miércoles, 17 de mayo de 2017

Polución

Un hombre de hojalata esta en búsqueda de un corazón de paja, y un hombre de paja pone en uno de sus entreabiertas telas una masa gris de metal frío bajo su sobrero.
Las agujas giran y giran hacia un solo sentido, pues ya alguien las puso en marcha, son las manos de un diestro cirujano los que nos hace sentir tan bien, y permite que las maquinas se pongan en marcha tonante de incansable polución rumbo a venas y parajes ajenos.
Los papeles están repartidos, la función lleva un buen rato, el contante clímax me tiene en la linea con mis nubes entremanos para disfrutar del espectáculo.
Los ciclos parecen incontables, y las presentaciones revocables, adaptables a cualquier clima.
Cada filamento, cada tejido, es parte de la producción, es la mejor plusvalía que solo necesita aceite barato, o solo ajustes de vez en cuando.
Todo funciona bien, mientras no se asomen ni estrellas ni aves por las costas, mientras los androides no sueñen con ovejas mecánicas, mientras nada crezca ni enrede los engranajes.
Algo de plomo para levantar la moral, algo de ácido para  despertar del todo bien, lagunas vacías que nunca se han de secar y necesidades más complejas para los engranajes poder fiscalizar, mantenerlos bajo orden,
dejarlos en su lugar.
Todo esta bien, mientras los tentáculos se muevan por donde el megáfono indique, 
todo estará bien, mientras se mantenga con viva a la madre agonizante,
todo estará bien, mientras no haya carne ni alas que puedan volar o sentir.


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